Madrid, a 12 de julio de 2019
Según un estudio que realizó MAR REAL ESTATE el pasado año, el 6% de los edificios situados dentro del anillo de la M-30 en Madrid son de empresas y familias patrimonialistas, -grandes propietarios de edificios enteros de vivienda y oficinas-.
Las grandes sociedades mercantiles que disponen de patrimonio tienen claro su carácter de permanencia; independientemente de las políticas que acuerden en sus consejos de administración y órganos de gobierno la subsistencia depende del negocio y no de las personas que lo forman. Daniel Sanz socio arquitecto de MAR REAL ESTATE pone el ejemplo de Metrovacesa: “Sus inicios arrancan en 1918 con la creación de la Compañía Urbanizadora Metropolitana; ha llovido mucho y han pasado momentos difíciles, pero ahora sostenida en su mayoría absoluta por accionistas como Banco Santander o BBVA, sigue haciendo negocio”.
En el otro lado, existen otro tipo de empresas -con carácter más familiar y de más reducido alcance- que pueden llegar a tener hasta 4-5 edificios en alguna capital de provincia. “Sin una buena planificación de la sucesión y de la fiscalidad pueden llegar a perder casi la totalidad de su patrimonio por el mero paso de las generaciones”. En esta línea, según Sanauja-Miranda en declaraciones recogidas a principios de año por Europa Press, “el 80% de las empresas familiares no sobrevive a la tercera generación”.
De ahí viene la responsabilidad de la familia en mantener -al menos- sino incrementar el patrimonio que se recibe de los familiares. Los casos más “sangrantes”, según Sanz suelen ser aquellos en los que, “se deja la gestión de gran parte del patrimonio en personas que si bien tienen mucho ánimo y voluntad no han recibido la formación adecuada para enfrentarse a determinados hitos”.
Un buen plan estratégico que nos haga identificar las oportunidades de generar liquidez y aumentar el valor del patrimonio restante es la clave, según MAR Real Estate, para no acometer acciones que hagan ir mermando el patrimonio que se va heredando generación tras generación.